Cuando se habla de espumantes o Champagnes, en el mejor de los casos, inmediatamente se los relaciona con festejos, triunfos y buenos momentos. Éstos vinos son sinónimo de alegrías y grandes satisfacciones.
¿Alguien se
imagina un campeón de F1 descorchando un vino tinto y arrojándoselo a sus
compañeros de podio? ¿O al dueño de un costoso yate reventando una cerveza en
el casco de su costosa unidad para su bautismo?
Es que las
burbujas tienen ese glamour que nadie más te lo puede dar, son los reyes de las
bebidas y los dueños de toda prestigiosa fiesta.
Pero justamente
todo lo antes descripto es lo que le juega en contra a la hora de elegir la
bebida que nos acompañará durante toda la noche.
Se los utiliza
para la recepción, correctamente, o para el brindis final, pero se desconoce la
adaptabilidad en cuestión de maridaje que tienen.
A mi considerar,
por su complejidad en aromas y sabores, por la fineza y cremosidad de su
"perlage" como también por la correcta acidez que le da frescura, un
buen espumante acompaña de principio a fin cualquier desafío gastronómico de
calidad.
Todavía recuerdo
la primera vez que combiné espumantes con quesos, sobre todo el Camembert y el
Brie, quedé fascinado con los nuevos sabores que se abrían en mi boca al
mezclarlos.
Haciendo
justamente lo que propongo en ésta nota, nos juntamos el grupo de sommeliers
que habitualmente participamos de todos los lanzamientos y novedades del
mercado.
¿Los elegidos ésta
vez? Lo que a mi criterio creo que son uno de los 3 los mejores espumantes del
país, los CRUZAT.
Me dio mucho gusto
ver como se agiornaron a partir de la última cosecha, cambiando el diseño de
etiquetas y simplificando el nombre a la palabra CRUZAT exclusivamente.
También lanzaron
en un segmento inferior a los cuveé reserve una línea tradicional, que a
diferencia de la anterior, el vino reposó menos tiempo sobre lías o levaduras
muertas.
Los espumantes CRUZAT
CUVEÉ RESERVE son creación de don Pedro
Rosell, palabra autorizada si las hay en la materia. Son elaborados con el
método tradicional o champenoise y tiene tres productos, nature, extra brut y
rosé extra brut. Los varietales utilizados son exclusivamente Chardonnay y
Pinot Noir, como corresponde a un señor francés.
La propuesta fue
maridar una "fritatta di mare" y algo de sushi con los tres cuveé
reserve de la familia e ir apreciando que entregaba cada uno en cada bocado
La elección de los
productos fue: Rabas a la romana, langostinos empanados, bastones de atún
fresco fritos y un delivery de sushi de gran calidad de los amigos de
Sushifeel. A los típicos cornalitos los dejamos para otra ocasión.
Mientas se
sucedían las tablas con los mariscos y el sushi , las opiniones de los
sommeliers no se hicieron esperar, en concordancia con ellos, destaco la
calidad a la que nos tiene acostumbrado Don Pedro con sus CRUZAT.
El NATURE fue el
que rompió el hielo, cítrico y elegante, se percibía perfectamente las
levaduras características de su método de elaboración. Su frescura y cremosidad
en el paladar limpiaba perfectamente la grasitud de las frituras. Combinación
perfecta para los bastones de atún y las piezas de sushi con palta y algas
nori.
El EXTRA BRUT le
siguió en el camino y no defraudó en absoluto, de perfil más amable por su
composición de azúcar, lo sentí más floral y frutado, almendras y nueces con la
típica cáscara de pan tostado lo hacen súper atractivo y destacado. Llena la
boca con su mousse y pasa fácilmente marcando una correcta acidez.
Ideal para los
langostinos empanados, las rabas y las piezas de sushi con Philadelphia,
Kanikama o los cubiertos con crema de maracuyá
Para el final
dejamos el ROSÉ EXTRA BRUT, mi preferido, aquí la mezcla de aromas de pomelo
rosado, frutilla y ananá son fantásticos, en la boca es todo placer, entrega
fielmente lo antes mencionado sumando la complejidad de esa “croissant” tan
particular y única.
El final tiene
retrogustos de fruta fresca y ácida y recuerda a las cerezas y peras.
Se casó de
maravillas con las piezas de sushi de salmón ahumado, salmón rosado y pulpo.
Con los bastones de atún fresco y frito se pasó un cachito, pero con la mayoría
de las variantes de sushi lo disfrutamos mucho.
Con CRUZAT
descubrí que le debo prestar especial atención a los rosados, muchas veces probé
bodegas donde tienen mejor resultado que sus hermanos brut, extra brut, etc.
Dimos cuenta de
los mariscos, el sushi y el atún comprobando una vez más que los espumantes y
el mar se llevan de maravillas, pocas cosas logran un casamiento tan notable
como éstas dos.
Como sugerencia
adicional, les propongo que prueben éstos vinos también con : Quesos blandos y
semiduros de vaca, cabra y oveja, carnes de cerdo, aves de corral y de caza,
pescados de mar y algunos de río como el pejerrey, trucha, salmón, frutos secos
y hasta chocolates.
Realmente es una
bebida súper adaptable que los acompañará de principio a fin durante toda la
velada, como dije al principio.
En definitiva, el
mensaje es que más allá del calendario o el festejo de cualquier índole,
adopten los espumantes para todo el año, no se van a arrepentir, y si son
CRUZAT, mejor, de lo contrario se estarán perdiendo experiencias muy
placenteras.
Salud y hasta la
próxima!!
Muy bueno Silvio, acertada experiencia, por la época del año (no solo en verano hay que tomar espumante) y por el acompañamiento gastronómico. El rosé también es mi preferido de los Cruzat, que son todos de gran calidad. Saludos!
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